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Nuevo abecedario de cine (Edición musicales): P- Q.-

The Pajama Game (Juego de Pijamas) - George Abbott y Stanley Donen, 1957.-



Sid Sorokin (John Raitt) acaba de conseguir trabajo como superintendente de la fábrica de pijamas propiedad del Sr. Hasler (Ralph Dunn) cuando un conflicto con uno de los operarios lo pone delante del “comité de agravios” presidido por Babe Williams (Doris Day). El romance nace casi a primera vista, pero hay un problema: por su función, Sid está del lado de la patronal mientras que Babe vive para el sindicato de trabajadores cuando éstos están en plena negociación por un incremento salarial de siete centavos y medio la hora.-

Vi por primera vez esta película hace casi diez años y si bien en su momento me gustó mucho, por algún motivo no había vuelto a verla. Redescubrirla fue una delicia absoluta. Empezando por el principio (literalmente), había olvidado que la coreografía es de Bob Fosse y aquí ciertamente se luce creando números multitudinarios que transforman los movimientos típicos de un taller de confección en pasos de baile (uno de mis favoritos es el número en el cual los trabajadores intentan sabotear la producción trabajando leeeeeentamente), o un picnic en un ensemble demencial, o la concertación de una cita entre archiveros en un tango apasionado. Lo maravilloso de estos números es que Fosse pone a todo el mundo a bailar, sin distinción de edades o contexturas físicas, en una forma que me trajo a la memoria el trabajo de Gene Kelly (en especial el número By Strauss que aparece en An American in Paris) y me recordó que entre todos estos artistas existe un hilo conductor, cada uno es heredero del anterior en una forma que es emocionante de descubrir.-

Por supuesto que también hay en la película un número que es puramente del estilo de Fosse, me refiero a Steam Heat, un número montado como parte del entretenimiento de una asamblea del sindicato es decir que es el único número que no está integrado a la historia sino que tiene lugar en un escenario. Lo dejo aquí debajo para que puedan disfrutarlo.-

Pero más allá de las coreografías maravillosas, la película tiene muchos momentos visuales inolvidables. El número Hernando’s Hideaway que tiene lugar en un bar especialmente diseñado para los encuentros furtivos en una pieza única e inolvidable que me hizo acordar (aunque puestos unos junto al otro no tienen nada en común, trucos que nos hace la memoria) a aquella escena de Charade (también de Stanley Donen) en la que Cary Grant y Audrey Hepburn se prestan a un juego picaresco con una naranja. Me gustó muchísimo también el meetcute de los protagonistas bajo la luz de la luna… bueno, en realidad es una luz de neón azul, pero es adorable de todos modos. Y la utilización de decorados muy auténticos, especialmente la casa que Babe comparte con su padre (Franklyn Fox) en el que también se hace un uso dramático de la iluminación. En este caso es el semáforo de la estación de trenes en la que trabaja el padre de Babe, que cambia de verde a rojo justo en el momento en el que Babe siente que su corazón se rompe por la imposibilidad de que ella y Sid continúen juntos. Este número también me gusta mucho, en especial porque retoma - en un tono más dramático - la canción que Sid había cantado algunas escenas antes, Hey there.-

Ahora bien, lo que hace que esta película se destaque en su género no es tanto la coreografía o sus méritos estéticos sino su tema principal, la reivindicación sindical que retrata la película. La segunda mitad de los años ‘50 vio el resurgimiento de un tipo de musical que había quedado fuera de moda con la recuperación económica posterior a la Gran Depresión: el musical más “oscuro”, con contenido de crítica social o desencantado del estilo de vida americano. En 1955, por ejemplo, se estrenó It’s Always Fair Weather (un musical que me gusta mucho pero que quedó fuera de este abecedario), la última colaboración entre Gene Kelly y Stanley Donen que cuenta la desilusión de tres soldados que diez años después de su regreso de la II Guerra Mundial se encuentran con que el país, sus vidas y esa amistad eterna que se habían jurado, no son lo que ellos imaginaban. Dos años después, Donen vuelve a codirigir un musical que se inserta en este subgénero, esta vez para la Warner Bros. (Fair Weather es de MGM), trayendo de regreso mucho del tono y el contenido de aquellos grandes musicales de los años ‘30 como Gold Diggers of 1933 o 42nd Street. Comparte además con aquellas películas del pre-code el hecho de que el “villano” de la película (el empresario codicioso) no sólo no recibe ningún castigo sino que por el contrario termina bien parado.-

Lo otro que llama la atención en The Pajama Game es el tono sexy de la película. Este es decididamente un musical para adultos en el que las parejas se unen y se mezclan sin muchos miramientos. Una de las subtramas principales tiene por protagonistas a la secretaria privada del dueño de la empresa, Gladys (Carol Haney) y al supervisor de la planta, Vernon (Eddie Foy Jr.), una pareja tormentosa por llamarlo de algún modo en la cual él vive reclamando constantemente por la supuesta promiscuidad de ella. Otros trabajadores de la fábrica, Mae (Thelma Pelish) y Prez (Jack Straw) han utilizado el día del picnic para darse una cita pero en una escena posterior Prez está más que feliz de acompañar a una Gladys totalmente alcoholizada a su casa. Y por encima de todo, Babe y Sid son más que sensuales juntos y los intentos de ella de mantenerlo a raya son más pícaros que puritanos. Ayuda muchísimo que Day y Raitt tengan muy buena química en la pantalla y que él tenga, en particular, una forma especial de moverse, muy “escénica” si se quiere (me recuerda muchísimo a la forma en la que se mueven los cantantes líricos en el escenario), pero que hace que sus movimientos no pasen desapercibidos (no sé cómo explicar lo que quiero decir, pero es muy físico en sus movimientos, se mueve con todo el cuerpo… ok, lo dejo aquí antes de seguir cayendo en redundancias, el tipo me gustó mucho, qué quieren que les diga).-

Este fue, en definitiva, uno de los mejores redescubrimientos de este abecedario de cine, nuevamente me quedo tarareando las melodías de la película como me ocurrió en otras oportunidades y qué más podemos pedirle a un musical, ¿verdad?





Queen High (Reina arriba) - Fred C. Newmeyer, 1930.-




Queen High cuenta la historia de dos socios de una empresa dedicada a la fabricación de ligas, T. Boggs Johns (Charles Ruggles) y Mr. Nettleton (Frank Morgan) que llevan su rivalidad al extremo de jugarse la titularidad de la empresa en una mano de póker: el ganador se quedará con la empresa mientras que el perdedor deberá servir al otro como su mayordomo por un año. Nettleton gana pero Johns se encargará de que su vida se convierta en un infierno. Como subtrama secundaria, los sobrinos de ambos, Dick Johns (Stanley Smith) y Polly (una jovencísima Ginger Rogers), se enamoran e intentarán que la disputa entre sus respectivos tíos no enturbie su romance.-

La sensación que deja esta película tras su visionado es que no se decidió si quería ser una comedia o un musical y en el intento, termina por fallar en ambos géneros. Viéndola recordé que en el primer libro que leí acerca del género musical, Dangerous Rhythm de Richard Barrios, el autor explica cómo en los primeros años del sonoro, los estudios inundaron los cines de musicales pobremente producidos que terminaron por agotar al público hasta el renacimiento del género con 42nd Street. Y ciertamente, si tomáramos Queen High como exponente de la época, resulta entendible el hastío de los espectadores. La película tampoco funciona como comedia: el conflicto no llega a resultar interesante, los dos personajes principales son bastante infantiles y los protagonistas, si bien son dos secundarios de lujo de la época, no logran sostener el peso de un guión defectuoso.-

Pero no son todas malas noticias en esta reseña. Desde un comienzo lo que me llamó la atención es que esta película, comparada con otras del mismo año, tiene un ritmo bastante bueno. De alguna forma el director Newmeyer logró inyectar movimiento a su cámara y fluidez a los diálogos, haciendo que la película se destaque frente a muchas de sus contemporáneas.-

Por otro lado, es interesante notar que la película logra salir del contexto teatral en el que se enmarcaban mayormente los musicales de los primeros años del sonoro. Y si bien es cierto que los dos primeros números se justifican en su contexto (en el primero Polly monta un número improvisado con las modelos de lencería; en el segundo Dick le canta una canción que acaba de componer), el último está integrado a la trama.-

Parte de lo que falla en la película es que la misma se trata sobre un puñado de ricachones que juegan a la casita para matar el tiempo pero en el primer acto hay una escena fantástica que vale la pena rescatar: Polly está cansada de recibir propuestas matrimoniales de herederos que no le interesan y decide buscar un trabajo “para variar”. Su tío resuelve contratarla como estenógrafa en su firma, sabiendo que ésto pondrá furioso a su socio y aquí viene la escena: en su primer día de trabajo Polly debe tomar el subterráneo pero no encuentra una moneda para pagar el viaje. Dick la ayuda sin saber quién es y ambos comparten el viaje en un vagón atestado en plena hora pico, mientras charlan sobre la vida laboral que ella está por comenzar. Esta escena está llena de vida y baja la película a la realidad, una cualidad que lamentablemente pierde en la siguiente escena, sin volver a recuperarla.-  

Para serles sincera, el único motivo por el cual recalé en esta película es porque no hay demasiados musicales con la letra Q pero siempre es agradable ver a Morgan y a Ruggles.-

Comentarios

  1. Hola Bet
    Tiene gracia que hayas unido a dos actrices que tenían mucha fama, pero menos que sus compañeros. Por un lado Ginger en sus duros comienzos y por otro Doris en su momento. Una bajo la sombra de Fred... y la otra de Rock (pensé que lo veríamos aquí pero aquel era un "pijama para dos".
    No me puedes negar que dos dueños de una fábrica de "ligas" se jueguen el mando al póker es un argumento imbatible. Lo único que puede mejorar es que el perdedor abriera una fábrica de pijamas.
    Un saludo, Manuel.

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    Respuestas
    1. Ah, querido Manuel, es que Pillow Talk ya ha aparecido por aquí antes, le dejo el enlace
      https://lachicadelpasarolblanco.blogspot.com/2017/05/pillow-talk-confidencias-de-medianoche.html
      Qué curioso que ambas actrices, Day y Rogers, no sólo quedaron muy ligadas a las duplas que hicieron con sus galanes sino que además, son recordadas por aportar exactamente lo contrario a las duplas: de Rogers se decía que le aportaba sexo a Astaire y Day era la "novia virgen de América" al lado de Hudson. Yo no creo que esto sea verdad en ninguno de los dos casos, pero eso es lo que dicen en todo caso.-
      Jaja, Morgan y Ruggles modelando pijamas a todo color hubieran estado geniales.-
      Le mando un abrazo, Bet.-

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  2. Primera de las dos comedias musicales cuya dirección quiso compartir Donen (más por respeto que por necesidad) con su antiguo maestro en Broadway. Optimista, libre y audaz en su temática, la cinta es un diáfano ejemplo de cómo una cámara intuitiva y funcional elimina suavemente el lastre del origen teatral de lo filmado.
    Destacas algunos momentos musicales en verdad formidables. Por mi parte, quiero dedicar una mención especial al número “Once-a-Year Day” que por su espíritu y estructura puede recordarnos el baile del granero de SIETE NOVIAS PARA SIETE HERMANOS, pero que resulta especialmente estimulante porque a diferencia de aquel, Donen sí pudo rodarlo en exteriores.
    Un saludo.

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  3. Ah! una postdata y a la vez una invitación: en tu comentario dedicas unas líneas a IT'S ALWAYS FAIR WEATHER (1955). Casualmente, en mi blog, estos días estamos comentando aspectos del desencantado musical de Donen y Kelly. https://moviemovieelblog.blogspot.com

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    1. Curiosamente a mí por momentos The Pajama Game me dejó la sensación de estar manejando la lógica del escenario (en el número que Raitt y Day comparten en la casa de ella, por ejemplo, cuando ella intenta distraerlo de sus intentos amorosos contándole las noticias del periódico), mientras que por otros está tremendamente "viva" en términos cinematográficos y monta un espectáculo que solo es posible en la pantalla. ¿Sabe que aún no he visto "Siete novias para siete hermanos"? Nuestra amiga en común, Hildy Johnson, lleva años nombrándomela y tengo el DVD y todo, pero aún no me he puesto con ella. Sí me pareció una maravilla ese número filmado a puro aire libre e incluso se ve en la pantalla la polvadera que levantan los bailarines, en algunos momentos.-
      He pasado por su blog con motivo de "It's Always Fair Weather", prometo mirar las entradas anteriores con más detenimiento. Por lo pronto me tentó leer su comentario sobre "Avanti", que aparece entre las entradas recientes de la parte inferior, y que es una película que adoraba cuando estaba pasando de la infancia a la adolescencia pero que nunca reseñé.-
      Le mando un saludo, Bet.-

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  4. Querida, querida Bet, que textos más buenos para adentrarse en ambas películas.
    De la primera soy ferviente fan así como de la coreografía de "Steam Heat". Es un musical sorprendente, como bien explicas, por el tema que trata y lo bien que lo hace. Es una gozada continua.
    La segunda película la desconocía totalmente, pero explicas tan bien sus singularidades que la muestras atractiva para realizar un estudio interesante... Y dan muchas ganas de ver esa secuencia en el metro, la verdad.
    Beso
    Hildy

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    1. Querida Hildy, volví a leer tu entrada cuando estaba escribiendo la mía y encontré nuestro intercambio del tiempo en que vi la película por primera vez. ¡Es de 2015! Qué bello archivo guardan los blogs, no sólo de las impresiones de su autor en un determinado momento sino también de las sensaciones de los lectores, ¿no es verdad?
      "The Pajama Game" tiene tantos puntos de interés, que da para revisitarla muchas veces. Algo que me quedó fuera, pero sobre lo que sigo pensando, es el número en el cual los trabajadores calculan todo lo que podrían comprar si logran el aumento. Esa visión de estabilidad económica y laboral (pensar de aquí
      a cinco o diez años) y de progreso a través del trabajo son cosas que ya no existen. Por otro lado, la concepción del empleo como un medio para un fin (y no como un fin en sí mismo) parece muy de avanzada para los años '50. Es un aspecto maravilloso para considerar en torno a la película.-
      "Queen High" empieza bien pero luego boquea pidiendo aire, me temo. De todos modos, sus dos protagonistas ofrecen siempre un buen momento y es curioso ver a Ginger Rogers en un rol tan temprano en su carrera. Vale la pena tenerla en cuenta para cuando no haya otra cosa para ver jaja.-
      Un besote enorme, Bet.-

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