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Abecedario de cine (quinta entrega): I - J.-

Inherit the Wind (Heredarás el viento) - Stanley Kramer, 1960.-



¡Hace tantísimo tiempo que quiero traer esta película! Se trata de un verdadero duelo de titanes que enfrenta a Spencer Tracy y a Fredric March como defensor y acusador, respectivamente, de un joven maestro de un pequeño pueblo sureño sometido a juicio por enseñar a sus alumnos la teoría evolutiva de Darwin en contra de la ley del condado. Como espectador cínico del circo que se arma en torno a la cuestión, un Gene Kelly en modo no musical que sin embargo está en lo más alto de su nivel.-

El comienzo de Inherit the Wind es impactante y recupera algo del espíritu de High Noon: un grupo de hombres se reúne poco a poco, a una hora bien determinada (no falta la consulta de los relojes) y con un objetivo claro en mente: irrumpir en la clase del Profesor Bert Cates (Dick York) apenas dé comienzo con su explicación sobre la teoría evolutiva. La estética durante esta primera escena (que coincide con la secuencia de títulos) anticipa la del resto de la película con una fotografía agudísima, primeros planos de rostros crispados y una canción religiosa que sonará de nuevo con variaciones y que remite a la tradición que no debe modificarse.-

He mencionado a High Noon y caigo ahora en la cuenta de que hay algo de aquella “soledad ante el peligro” que planteaba Carl Foreman en su película en Inherit the Wind. Iniciado el proceso contra Cates, una comisión de señores importantes del pueblo de Hillsboro debaten si es favorable o no para la reputación de su pueblo que los jóvenes aprendan nociones tradicionales sobre el origen del hombre y cómo repercutirá en los intereses de la comunidad toda la publicidad que la cuestión trae aparejada. Cuando llega la noticia de que un abogado prominente y ex candidato a la Presidencia, Matthew Brady (March), se ha ofrecido como fiscal para el caso, estos hombres deciden redoblar la apuesta y recibirlo con toda una fiesta popular. Afortunadamente, la atención que recibió el caso atrajo también al periodista E. K. Hornbeck (Kelly) cuyo periódico pagará los honorarios de un abogado tan célebre como Brady, Henry Drummond (Tracy) para asumir la defensa de Cates.-

Brady y Drummond tienen una larga historia juntos, que se remonta a los tiempos en los que Drummond dirigió las campañas presidenciales de Brady. Luego, la vida los separó y ahora se preparan para defender posturas contrapuestas, pero el antiguo afecto que los unió está allí latente sobre todo por la presencia civilizadora de la Sra. Brady (Florence Eldridge). Una de las escenas más hermosas de la película une a ambos hombres en el pórtico del hotel en el que se alojan, en una noche particularmente calurosa (ese pueblo parece una verdadera caldera) en la que ambos discuten sobre lo mucho que se han alejado con los años y las ilusiones vacías que se venden al público para reconfortarlo sin procurar una auténtica reparación. De esta escena viene una de mis frases favoritas de la película, la que Drummond le dice a Brady cuando éste le reclama que el primero se haya alejado tanto de él. A esto Drummond responde “todo movimiento es relativo, Matt. Tal vez fuiste tú el que se alejó al permanecer inmóvil” lo cual es toda una definición para el tema de la película pero también para las relaciones humanas en general. Durante toda la escena Drummond y Brady están sentados en mecedoras que se mueven a destiempo en un trabajo coreografiado de ambos actores que habla por sí solo de lo desacompasado de su relación.-

En este nuevo visionado me impactó como poderosísima la relación entre el Reverendo Brown (Claude Akins) y su hija Rachel (Donna Anderson), que es la prometida de Cates. La tensión entre ellos viene desde hace mucho tiempo, no se produjo solamente por el comienzo del juicio. Dos escenas en particular dan cuenta de la dinámica de la relación: en la primera, mientras su padre entra en una suerte de trance religioso, Rachel le confiesa llorando que siempre le temió (me intriga muchísimo la puerta que entreabre esta declaración, hecha frente al retrato de la madre de la joven, fallecida no sabemos cuándo); en la segunda, el Reverendo condena a Cates y a su hija al Infierno por infieles, con una brutalidad que hace reaccionar inclusive al piadoso Brady.-

Stanley Kramer hace un excelente trabajo mostrando bajo una luz desfavorable a los fanáticos religiosos del pueblo de Hillsboro, pero tampoco ve con ojos completamente buenos el ateísmo de Hornbeck. Hacia el final Kramer se inclina más bien por el planteo de Rachel quien, sentada en el estrado de testigos, dice llorando que Cates se alejó de la Iglesia pero no de Dios.- 


Johnny Belinda (Belinda) - Jean Negulesco, 1948.-




Por fin, por fin pude descubrir esta película que quise ver durante mucho tiempo pero no terminaba de decidirme a hacerlo. Johnny Belinda cuenta una historia de principios del siglo XX, en donde en una pequeña localidad pesquera de Nueva Escocia el nuevo médico del pueblo, el Dr. Robert Richardson (Lew Ayres) se empeña en enseñar lenguaje de señas a una joven granjera sordomuda, Belinda MacDonald (Jane Wyman) que nunca fue educada por su padre (Charles Bickford).-

Negulesco aborda este drama con sobriedad, con un estilo por momentos casi documental, y sin caer nunca en el melodrama. Y sin embargo emociona mucho. Wyman compone un personaje asombroso (bien merecido el Oscar a mejor actriz), al cual es imposible no amar desde su primera sonrisa al presenciar el nacimiento de un ternero. Su relación con los dos hombres en su vida, su padre y el doctor, es entrañable. Y ambos actores (y Agnes Moorehead en el rol de la tía de Belinda, también) resultan adorables. Lew Ayres me parece el tipo más amable del mundo y en este rol me recordó el papel en el que lo ví por primera vez, como el psicólogo obsesionado con las gemelas interpretadas por Olivia de Havilland en Dark Mirror. Más complejo resulta el Sr. MacDonald, quien de entrada parece resentido por la temprana muerte de su esposa (que falleció al dar a luz) pero que a poco de andar se revela como un padre amoroso que simplemente nunca supo cómo comunicarse con su hija. Una vez producida la feliz intervención del Dr. Richardson en la familia, los obstáculos entre Belinda y su padre quedan definitivamente removidos. La única que mantiene su actitud distante es la tía Aggie, quien sin embargo cambia una vez que se produce un evento dramático en la vida de Belinda, lo cual me hace preguntarme qué secretos esconderá esta dura mujer, cuál habrá sido su pasado para que reaccione de esta manera.-

Ahora, no todo en la película gira en torno a la familia MacDonald y su relación con el Dr. Richardson. Negulesco pinta un retrato completo de la comunidad en la que viven, sin faltar las vecinas chismosas que rechazan al doctor porque no va a la iglesia y a Belinda porque no comprenden su universo. Pero el principal secundario es el despreciable Locky McCormick (Stephen McNally), un pescador cliente de los MacDonald que desde la primera escena muestra su talante violento, y su novia Stella (Jan Sterling), quien a su vez está enamorada del doctor para quien trabaja. Este complejo entramado en la comunidad traerá sus consecuencias más adelante en la segunda mitad de la película, pero ya está bien planteado desde las primeras escenas.-

Johnny Belinda me conquistó por completo pese a que por los primeros minutos dudé respecto a si estaba entrando en el universo correcto para mí. En especial me sorprendió por los temas que propone y la forma respetuosa y honesta con la que los aborda. No sólo la cuestión de la sordomudez de Belinda sino también otros temas que surgen más adelante y que no quiero arruinar para quien no haya visto la película. Y me encantó también que cada vez que uno piensa que la historia irá por un lado, pega un pequeño giro y se va por el otro. Así, evita la solución más fácil al conflicto de Belinda, aumentando a su vez la potencia de la historia de amor que se desarrolla sin estridencias y resulta más conmovedora y adorable.-  

 


    

Comentarios

  1. La primera no la he visto pero la tengo apuntada.la segunda es preciosa de ese estilo te recomiendo "el milagro de Ana Sullivan"

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    1. ¡Hola Esther! Te encantará "Heredarás el viento", March está monumental allí.-
      Qué buena pinta tiene "El milagro de Ana Sullivan", la conocía de nombre pero no sabía nada sobre la trama y me tienta mucho. Tomo nota. ¡Gracias por la recomendación y por pasarte por aquí!
      Bet.-

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  2. Qué dos buenas películas y que ganas de volver a ver ambas.
    En la primera no solo es interesante cómo está enfocado el tema, sino que es una gozada perderse entre la relación de dos personajes y la actuación de dos actores como Tracy y March.
    La segunda la tengo más olvidada, pero recuerdo lo que la disfruté. Y es que la Wyman tiene películas en su filmografía que merecen mucho la pena. A esta de Negulesco, añado Días sin huella, Pánico en la escena, Obsesión y Solo el cielo lo sabe.

    Beso
    Hildy

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    Respuestas
    1. Yo tengo un cariño super especial por "Heredarás el viento" porque fue la primera película que vi de Gene Kelly y de Fredric March, y los dos se transformarían luego en grandes favoritos. Y además fue una de esas joyas ocultas en un DVD doble, de esas que te sorprenden cuando habías comprado el DVD por la otra película (en este caso, la otra es "Juicio en Nuremberg").-
      En cuanto a Johnny Belinda me encontré lagrimeando en varias partes y eso no siempre me sucede con el cine clásico, con todo lo que me gusta. De Wyman solo conozco "Pánico en la escena" y de nuevo me encontré con ese fenómeno que ya me viene pasando varias veces, de descubrir que una actriz o un actor que no me gustaron particularmente en una peli de Hitchcock, de pronto me muestran una faceta diferente, más compleja e interesante. Lo mismo me pasó con Ann Todd, a quien gracias a tu recomendación pude disfrutar mil veces más en "Amigos apasionados" que en "El proceso Paradine", con el propio Gregory Peck, con Priscilla Lane y la lista sigue. Paralelamente, mis favoritos (Donat, Grant, Bergman, Stewart, Grace Kelly) dan lo mejor de sí bajo la batuta de Hitchcock. Supongo que Hitchcock (como todas las personas) tendría sus favoritos también...
      ¿Podés creer que nunca vi "Días sin huella"?
      Te mando un abrazo fuerte, Bet.-

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