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Abecedario de cine (tercera entrega): E - F.-

Each Dawn I Die (Muero cada amanecer) - William Keighley, 1939.-


Hace un par de años dediqué una entrada de cumpleaños a James Cagney y allí comenté una escena en especial de esta película, prometiendo algún día dedicarle una reseña más completa. Como mencioné en aquella otra entrada,
Each Dawn I Die cuenta la historia del reportero Frank Ross (James Cagney) que resulta incriminado en un homicidio cuando sus artículos ponen en evidencia la existencia de una red de corrupción que llega hasta el mismísimo Fiscal de Distrito. Desde su primer día en la prisión Ross entabla relación con Stacey (George Raft), un criminal condenado a ciento noventa y nueve años que no ve la hora de fugarse. Stacey comprueba que puede confiar en Ross, por lo que le propone que lo ayude a escapar a camio de que él, una vez afuera, se encargue de encontrar a quienes incriminaron al reportero. En un principio Ross no acepta, pero la visita de su madre (Emma Dunn) en la cárcel lo convence de que es hora de salir.-

Each Dawn I Die es una excelente película sobre la vida en la cárcel que muestra cómo el encierro y la violencia de los guardiacárceles va quebrando el espíritu de algunos hombres mientras que aumenta la sed de venganza en otros. El alcaide Armstrong (George Bancroft) es razonablemente correcto con los internos, pero permite que los oficiales les den golpizas y otros malos tratos, con lo cual su figura no deja de ser cuestionable pese a que en el final se ponga “del lado de los buenos”.-

Casualmente, Keighley dirigió otro “drama de cárcel”, Ladies they talk about (1933), que ya he reseñado con gran decepción en este blog. En este caso, el resultado es ampliamente superior en especial las escenas que transcurren en el taller de hilado, que transmiten el tedio y el trabajo duro que implica la labor y la escena final, que tiene lugar durante un motín que bien parece una escena de trincheras de guerra en la que los héroes son atacados por un ejército enemigo.-

Por otro lado, no deja de resultar notorio que Ross recurra al auxilio de un gangster para limpiar su nombre porque los canales regulares fracasaron estrepitosamente en mantenerlo fuera de prisión; y esta alternativa no provoca ningún reparo en el héroe. Lo único que Ross no quiere es “más sangre en sus manos”, pero por lo demás mientras nadie salga herido no le importa deberle la libertad de un criminal. Después de todo, los códigos de Stacey son los mismos que los de Ross: las delaciones y la falta de lealtad son las verdaderas faltas, en lo demás cada hombre hace lo que puede con lo que tiene.-


Four Hours to Kill! (Compás de espera) - Mitchell Leisen, 1935.-



No me contuve y tras
Death Takes a Holiday busqué más películas de este director. Y me encontré con esta que tiene algo que me encanta: siempre me pregunto si me gusta más el cine pre-code o el cine posterior que tensa los límites del Código. Y Four Hours to Kill! los tenga en grande.- 

La película gira en torno a diferentes historias que confluyen en un teatro de variedades. La principal de ellas involucra a un criminal evadido de prisión, Tony Mako (Richard Barthelmess) que está esposado junto con el Detective Taft (Charles C. Wilson) que debe entregarlo ante la Justicia. El singular dúo perdió el tren y deben esperar cuatro horas hasta el siguiente (tienen cuatro horas “para matar”, como sugiere el ambiguo título) por lo que el Detective optó por pasarlo en un lugar público en el cual se supone que el riesgo de una nueva fuga es menor. Otras historias incluyen un triángulo amoroso entre el muchacho del guardarropas, Eddie (Joe Morrison), que está comprometido para casarse con Helen (Helen Mack, más recordada por su rol de Molly en His Girl Friday) pero además dejó embarazada a una de las acomodadoras (Dorothy Tree) y debe entregarle doscientos dólares para pagar un aborto si quiere evitar el matrimonio o el escándalo; la impaciencia de uno de los espectadores que espera que le comuniquen por teléfono el nacimiento de su primogénito (Roscoe Karns, inolvidable en It Happened one Night y también en His Girl Friday); una pareja de amantes que se encuentran clandestinamente en el teatro, interpretada por Gertrude Michael y un jovencísimo Ray Milland; y un jefe de policía (Paul Harvey) que arremete a sacudones e intimidaciones contra todo el que se le cruza delante.-

Me acerqué a esta película sin haber leído más que el sumario de IMdB y a poco de empezar, cuando llegué a la trama sobre el muchacho del guardarropas hice una pausa para chequear el año de la película, porque no podía creer que no fuera pre-code. Richard Barthelmess es recordado especialmente (si es que es recordado en absoluto, lo cual sospecho que lamentablemente no es así) por su preferencia por proyectos comprometidos, pero ¿una película sobre criminales compasivos, jefes de policía brutales, aborto y romances clandestinos?

Four Hours to Kill! no descansa ni un momento y va presentando las diferentes historias en una forma balanceada e interconectada, no porque resulte que los personajes se conocen de antemano o terminen compartiendo alguna aventura, sino porque los contratiempos generados por unos terminan recayendo inadvertidamente en los otros a medida que la trama se complica. Es además un ejemplo de narrativa en tanto en ningún momento perdemos el hilo de cada historia, todos los detalles están ahí por un motivo en particular y salen a la luz en el momento preciso. El guión es obra de Norman Krasna, sobre su propia obra de teatro, y si bien no es un nombre que me resulte familiar, repasando su filmografía como guionista encontré títulos conocidos como Mr. and Mrs. Smith, Wife vs. Secretary, Hands across the Table  y  White Christmas.-

Además de las tramas principales que mencioné, la película está llena de viñetas menores deliciosas. Una de ellas tiene por protagonista nada menos que a Henry Travers, todavía en sus primeros años en Hollywood, como el encargado del teatro que sin quererlo desempeñará un rol fundamental en el avance de la trama principal. Otras viñetas nos permiten conocer el escarnio padecido por una mujer recién casada con un hombre mucho más joven que ella, la silenciosa amabilidad de una “solterona” que se transforma en acompañante por una noche del inminente padre primerizo (el porqué este hombre está en el teatro y no acompañando a su esposa es un detalle que se me escapó porque vi la película sin subtítulos) y confusión de un matrimonio de gente mayor que deciden cambiarse de asiento en el medio de la función, con consecuencias angustiantes para ellos pero muy cómicas para el espectador.-

El título de la película es ambiguo porque no sólo se refiere al tiempo que Mako y Taft deben “matar” para tomar el siguiente tren, sino al tiempo que Mako tiene para vengarse del hombre que lo delató. Pero lo central aquí no es el mundo criminal sino, como decía al principio, la historia de Mako y el Detective Taft. En esas cuatro horas se consolida una relación entrañable entre ellos, en la medida en que abandonan los roles que a cada uno le tocó desempeñar y se permiten conocerse como dos tipos que deben pasar tiempo juntos a la fuerza. Mako está en prisión por haber matado a un hombre en el contexto de un atraco, y tiene un largo historial criminal como carterista, pero (teniendo el rostro de Barthelmess como tiene) en esencia es un buen hombre que en circunstancias diferentes hubiera podido tener un mejor destino. Y el Detective Taft tiene la apertura de mente suficiente como para poder ver eso, a diferencia de su superior que se muestra brutal y obtuso. En el final, cuando ambos necesariamente deban separarse, sólo queda en el aire un “gracias, amigo” cuyo significado Taft entiende bien.-


Comentarios

  1. Jo, queridísima Bet, sigo sin ver "Muero cada amanecer". Y has logrado que vuelvan a entrarme muchísimas ganas.
    Por otra parte, ¡¡¡cómo me apetece la película que reseñas de Mitchell Leisen!!! Me ha parecido apasionante todas esas historias cruzadas en un teatro de variedades. Además la historia de Mako y el detective..., no me digas por qué, pero me ha recordado a una película bastante más reciente que tengo gran cariño, donde ocurren varias historias cruzadas, y el punto de unión es un concurso de karaoke. Ahí hay una historia entre un hombre normal y corriente agobiado con su día a día y un delincuente al que sigue la policía... Y los dos protagonizan una historia juntos tan bonita y cantan tan precioso. La película es de esas irregulares que tienen un alma especial: A dúo (Duets, 2000) de Bruce Paltrow

    ¡¡¡Este diccionario me va a descubrir joyas y me va a generar ganas de ver otra vez otras películas!!!

    Beso
    Hildy

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    Respuestas
    1. Querida Hildy, yo estuve un poco alejada de mi amado Cagney en los últimos meses pero siempre me encanta verlo. Each Dawn I Die es una joya con muchas aristas para explorar.-
      La peli de Leisen (acabo de agregar la foto, ¡que me había olvidado!) me gustó mucho pero mucho. Tengo debilidad por Barthelmess (coincidimos en ello, creo). ¡Qué intrigante la película sobre el karaoke! Dan para mucho las historias sobre gente que coincide circunstancialmente en algún lugar.-
      Yo también estoy descubriendo y redescubriendo mucho cine con esta serie, estoy disfrutando en grande.-
      Un beso enorme, Bet.-

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